miércoles, 24 de junio de 2009

3…: el detonante

La luz del sol pelea con las filigranas de vinilo de la cortina de cristal, ahora abierta, ahora cerrada, que separa el ajetreo de la calle allí afuera con la pegajosa lentitud con la que pasan las horas aquí dentro.

Sentados de cara a un pequeño mostrador, una treintena de personas aguardan con la vista fija en una pantalla negra de números rojo luminoso que discurren a toda prisa.

Con cada número, un nuevo vistazo al pedacito de papel que cada uno acaricia y mira, mira y remira con la infinita paciencia que sólo los que ya han pasado por allí más de una vez han aprendido a desarrollar.

No así los nuevos; esos que, con cara de circunstancias, sacuden la cabeza de un lado a otro lado, en busca de una mirada cómplice en la silla de enfrente o en la señora del mostrador, que les mira con gesto circunspecto desde hace un buen rato.

- “¿Perdone…? ¿La tarjeta de demanda de empleo…?”

Sin apartar la vista de la pantalla de su PC, la mujer señala displicente. Junto a ella, una máquina invita a escoger opción (renovación, tarjeta,…) y turno, un ‘sírvase usted mismo’ modelo ‘Inem’ pero sin chocolatinas ni rancios sandwich de jamón y queso.


INEM 1 PARADO 0

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